
Envejecimiento de la piel: ¿qué sucede?
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El envejecimiento es un acontecimiento natural que afecta a todos los seres vivos y supone un deterioro progresivo de las funciones biológicas del organismo. El envejecimiento se define como “ la suma de todos los cambios fisiológicos, genéticos y moleculares que ocurren con el paso del tiempo ” y esto también incluye la piel humana.
A medida que pasan los años, la piel sufre diversas transformaciones que disminuyen progresivamente su grosor, elasticidad, tono y uniformidad cromática. Podemos distinguir dos tipos de envejecimiento :
1) Envejecimiento intrínseco o cronológico : es el envejecimiento fisiológico y se identifica con un proceso lento de degeneración de los tejidos . Las hormonas también juegan un papel muy importante en el envejecimiento de la piel, por ejemplo después de la menopausia se suele observar una reducción del grosor de la piel y una disminución del colágeno.
2) Envejecimiento extrínseco - Es independiente de la edad cronológica y está asociada a factores externos y hábitos , como la exposición excesiva a la radiación UV, que determinan el fotoenvejecimiento cutáneo.
¿Cómo se manifiesta?
En la epidermis se observa una reducción de la capacidad proliferativa de las células de la capa basal (la más profunda), lo que determina una disminución del grosor de la propia epidermis y una alteración hasta las capas más externas de la piel. A medida que la piel envejece, la producción del factor hidratante natural también disminuye. (factor intrínseco de hidratación cutánea) que, junto con una fase oleosa formada por sebo, constituye la película hidrolipídica. La barrera cutánea pierde su equilibrio y puede experimentarse una evaporación excesiva de agua de las capas subyacentes, lo que provoca una deshidratación profunda.
A medida que envejecemos, la producción y actividad de los melanocitos (las células responsables del bronceado) también disminuye, por lo que la piel se vuelve más susceptible a los efectos de la luz solar. La melanina también se distribuye de forma desigual, lo que provoca la formación de decoloraciones y manchas en la piel . La dermis también aparece más fina y la producción de moléculas de cemento cutáneo como el colágeno y la elastina disminuye considerablemente, provocando una disminución de la turgencia y elasticidad de la piel .
En la dermis, la circulación sanguínea también se ralentiza y este fenómeno determina una reducción tanto del aporte de nutrientes como de la eliminación de productos de desecho , lo que se refleja en el color y la textura de la piel que aparece apagada y desigual.
El momento y los métodos de esta transformación dependen en gran medida de las características individuales, pero también de los hábitos observados en la edad adulta.
Es importante entender que si cuidas tu piel desde joven, los cambios en la vejez serán menos notorios .
Dra. Federica D'Incà - Máster COSMAST en Ciencias y Tecnologías Cosméticas
“Toda mujer tiene derecho a ser bella” – Elizabeth Arden